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alcohol y drogas

El abuso de drogas y alcohol puede causar accidentes cerebrovasculares, ataques cardíacos, convulsiones o la muerte.

Las reglas relativas al consumo de alcohol y la epilepsia se aplican tanto a los adolescentes como a los adultos, pero se aplica mayor precaución al grupo más joven. Beber una o dos bebidas alcohólicas generalmente no provoca cambios significativos en los niveles sanguíneos de los medicamentos anticonvulsivos ni en el control de las convulsiones. Sin embargo, algunos síndromes de epilepsia, como la epilepsia mioclónica juvenil (EMJ), pueden ser sensibles incluso al consumo limitado de alcohol. El problema con uno o dos tragos para los adolescentes, tengan o no epilepsia, es que su comprensión del alcohol y su capacidad para limitar su consumo a menudo es inadecuada. Uno o dos tragos se convierten en tres o cuatro, la intoxicación nubla el juicio y pueden surgir problemas serios.

 

Los adolescentes a menudo duermen para recuperarse de la resaca, y es posible que aquellos con epilepsia no tomen sus medicamentos para la hora de acostarse y la mañana. Por lo tanto, es una buena idea para todos los adolescentes, especialmente aquellos con epilepsia, evitar el alcohol o usarlo solo bajo la supervisión de un adulto, como tomar una copa de vino o cerveza durante una cena familiar. Los adolescentes con epilepsia deben saber que el abuso del alcohol puede empeorar el control de las convulsiones. Además, la combinación de medicamentos anticonvulsivos y alcohol puede tener un fuerte efecto sedante. Cuando se consumen cantidades excesivas de alcohol, la combinación puede ser peligrosa.

El crack y otras formas de cocaína pueden causar convulsiones en personas que nunca antes han tenido una. Aunque no hay estudios sobre los efectos del crack o la cocaína en el control de las convulsiones, existe un riesgo evidente de que estas sustancias hagan más probable la aparición de convulsiones. Las convulsiones que ocurren con el uso de cocaína o crack son mucho más peligrosas que las convulsiones que ocurren por otras causas o espontáneamente, y pueden ser fatales. Esto quedó claramente demostrado en 1986 con el caso de Len Bias, una estrella del baloncesto de la Universidad de Maryland, quien al parecer sufrió convulsiones y murió después de consumir crack. Pueden ocurrir convulsiones mortales o ataques cardíacos incluso después del primer uso de estas sustancias. El crack y la cocaína también están asociados con otros problemas de salud graves y deben evitarse a toda costa.

Las convulsiones pueden ser causadas o empeoradas por el uso de estimulantes (anfetaminas), tranquilizantes (barbitúricos, benzodiazepinas), heroína, ciertos analgésicos, LSD ("ácido"), PCP ("polvo de ángel") o "éxtasis". Los efectos de estos medicamentos sobre la epilepsia no se conocen con certeza, pero pueden provocar convulsiones al hacer que el usuario se olvide de tomar los medicamentos anticonvulsivos o pierda el sueño. Estos medicamentos también pueden tener efectos directos e indirectos (abstinencia) en el cerebro. La posesión (excepto si las prescribe un médico) o la venta de todas estas drogas es ilegal, y las severas sanciones por la asociación casual con ellas, junto con sus numerosos riesgos para la salud, hacen que su uso sea tonto y peligroso.

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